Hola, si has llegado hasta aquí, es porque algo te pica.

​Y cuando pica, algo hay.

​No sé si te has decidido y estas buscando a una persona para mejorar tu estrategia o la comunicación de tu negocio.

​O simplemente, pasas el rato. Lo cual también está bien.

​Así, que te voy a contar una historia que seguro te ayudará a aumentar tus ventas.

​Después tú decides, si te interesa trabajar conmigo o no.

Pero la historia te ayudará seguramente.

​​​Antes de contarte la historia te diré algo.

​Hay muchas personas que te pueden ayudar con los textos de tu negocio y con la estrategia en el mercado (les llaman y nos llaman copywriter, cosas).

​Yo los divido en dos tipos.

Los primeros, son los que dicen que hacen textos con:

​Perspectiva de género y perspectiva caballera.

Éticos.

Sociales.

Sostenibles.

Con valores, sabores y amores.

Con purpurinas y rutinas.

​Y se dedican a eso, a escribir desde su cabeza, desde sus ideas.

Después están los segundos, que son muy escasos, como los sindicalista alérgicos al marisco (escasos).

​Estos, sencillamente se dedican a dibujar en la mente del cliente para que compren.

Aparcan su ego, sus ideas, su ideología, su sexo y escriben y diseñan estrategias para que el cliente visualice en su cabeza los beneficios de comprar tu producto o servicio.

Te digo esto, porque lo de dibujar en la mente del cliente, es esencial en la comunicación y en la estrategia como verás en la historia.

​Y también te lo comento porque supongo que ya sabes por donde voy.

​​Uno de los errores que cometen aquellos negocios cuando preparan los textos de su web, emails y su comunicación en general, es hacerles caso a personas que no saben de la importancia de los textos.

​Estas personas que no entienden de la importancia de generar autoridad, una reputación y que hay que vender.

Les preocupa más impresionar, no molestar y soltar palabras complejas en inglés que tus ventas.

​Y aquí, lo importante son tus ventas.

​​Y aquí es donde entra también la estrategia, porque lo importante son tus ventas, pero no tirando tus precios y tu reputación.

​Por eso, si no tienes una estrategia en la venta de tus servicios o productos te estas tirando un tiro en el pie.

​Te pongo un ejemplo con las webs.

​Hacen webs bonitas.

​Logos, con colores y amores.

​Con muchas fotos.

​Botones redondos, en lugar de cuadrados.

​Con muchas pestañas, con muchos enlaces.

​Titulares que enganchan menos que un manual de Hacienda.

​Textos planos, como los que redactaría un funcionario dos días antes de irse de vacaciones.

Y ofertas, muchas ofertas.

​¿sabes qué pasa?

Que cuando coges al dueño de la web y le pides que sea sincero y le preguntas porque debería comprar en su web y no en la de la competencia, no encuentran un solo motivo para hacerlo.

​Pues ahora, imagina a un cliente que está de paso por la web y que no ve un motivo claro para comprar.

​Se irá como ha venido.

​Y ahora imagina que pensará un cliente cuando ve que tiras tus precios y le ofreces descuentos continuamente.

​Pues que igual muestras desesperación por vender, porque pones el foco en el precio y no en lo valioso de aquello que estas vendiendo.

Mira, ahí fuera hay tal saturación de información que se lo tienes que poner muy fácil al cliente.

Y ponérselo fácil no es tener el precio más bajo, eso va contra tus intereses.

​Casi todos los negocios se parecen.

​Porque todos hacen lo mismo.

Hacen lo que hace la mayoría.

​Y así se lo ponen muy difícil al cliente.

​Es como empezar a ligar y decir:

¿estudias o trabajas?

Pues eso.

​Así, que si tienes un negocio tienes la obligación de captar la atención y persuadir.

​Tienes la obligación de diferenciarte.

​Y tienes, la obligación, no solo de tener un buen producto o servicio, si no de parecer un profesional realmente competente.

​Si fallas en tu comunicación, si no te conocen realmente, si el cliente no ve claramente el beneficio de trabajar contigo, lo bueno que seas no servirá de casi nada.

​Si los clientes no son capaces de ver que tu negocio es serio, que las personas que hay detrás muestran seguridad y autoridad, serás un negocio más.

​Y lo normal, es que tu negocio pase desapercibido como perreo en Instagram.

Es más, hay negocios que no ofrecen algo realmente bueno y venden mucho, porque su comunicación es buena.

​Y su estrategia es inmejorable.

​Porque nadie, te va a comprar por los colores, ni por un logo, ni por una foto muy bonita.

​Menos por poner misión, visión y valores.

Ni por los enlaces.

​Te van a comprar si en sus cabecitas, ven con claridad que eres la mejor opción para resolver eso que les interesa, nada más.

​​Llegados hasta aquí, te diré las 3 cosas que necesita una persona para trabajar conmigo.

Son solo 3:

La primera cosa es que no te guste la coliflor, o si te gusta no me lo digas.

​Las personas con humor, suelen ser inteligentes y tienen pocas tonterías.  Esto te puede parecer poco serio como requisito, pero para mí, reírte de esta vida y relativizar, es lo más serio que puedes hacer.

​​La segunda cosa es que creas en lo que vendes.

​Que seas una persona segura de lo que haces o vendes.

Que se lo trabaja y se esfuerza.

​No me gustan, las personas que creen que tienen derechos a todo solo por el hecho de haber nacido.

Solo trabajo con adultos.

La tercera cosa es que debes entender la historia de la que te hablé.

​​Es esta, allá voy:

​​Cuando era jovencito jugaba al rugby.

​Los fines de semana le dábamos al alcohol.

​Alcohol que igual te servía para beber, que para limpiar las juntas de los azulejos.

​Los lunes, no eran fáciles en los entrenamientos.

Los excesos se pagan, aunque seas joven.

​Y cuando nos enviaban a hacer series de 30 flexiones en el suelo pues nos costaba.

​Unos hacían las 30, otros 20, 25, de todo un poco.

Tendría unos 20 años cuando vino un chico a entrenarnos, jugaba en división de honor.

​Después de darle unas vueltas corriendo al campo nos preguntó:

¿Queréis este verano hartaros de follar?

​Nos miramos, sonreímos y desplegamos las orejas.

Nos contó que a las chicas la parte que más le gusta de los hombres es el pecho.

​Que un hombre con un pecho fuerte es atractivo, brinda protección y se sienten seguras.

​Por eso, en las escuelas de seducción a los hombres les invitan a que fortalezcan el tren superior.

​Y que al igual que a los hombres les gusta el culo de las mujeres, a las mujeres le gusta el pecho.

​Después de contarnos esto, dimos unas vueltas más corriendo y cuando paramos nos envió a hacer flexiones.

​Una serie de 40.

​10 más de las habituales.

​Yo hice 43 flexiones.

​Alguno llegó a las 55 flexiones.

A partir de ese día mientras estudiaba en casa hacia flexiones en varias series.

​Y había días que llegaba a las 200 en total.

​Un día, mi madre que me vio haciendo flexiones y me dijo que parecía tonto con tantas flexiones.

​​Me pregunto, porque estaba tan obsesionado, así que le dije que era para fortalecer el pecho.

​¿Por qué quieres fortalecerlo tanto?

​Mamá, para gustarle a las chicas, por eso.

​Vale, pues ponte preservativo, porque tú lo que quieres es acostarte con ellas.

​Pues si mama.

Entre fortalecer el pecho y acostarme con chicas había una diferencia, y es la diferencia entre lo que se dice y lo que realmente se desea.

​La lección de esta historia, supongo que la has entendido, y es que cuando encuentras la verdadera motivación de una persona, la movilizas.

​​Y esto es lo que hizo este entrenador, utilizar la comunicación y la estrategia para movilizarnos más allá de lo habitual.

Si esto lo llevas al mundo de los negocios, se traduce en ventas.

​Por eso te dije que era necesario entender esta historia para trabajar juntos.

​Porque si no la has entendido no deberías contratar a una persona que redacte tus textos y te ayude con la estrategia.

Y por eso, si quieres que trabajemos juntos, debes de saber que estudiaré tu negocio, tu historia, tus estrategias, tus clientes, sus deseos y tu mercado.

Y todo con un objetivo, conocer a tu cliente y conectar con su deseo oculto y tatuarle en su mente que lo que vendes es su solución.

​Para que vendas más.

​Para que te respeten más.

​Para mostrar mayor autoridad.

​Y todo eso, ira con la comunicación y estrategia que desarrolle y que tendrás que aceptar y respetar.

​Porque todo esto no va de que hagas rebajas y regales tu trabajo.

​Esto va, de lograr transmitir autoridad, confianza, seguridad y ser un referente en tu sector.

​Sé que es tu negocio, pero ni me gusta perder tiempo, ni dinero, ni tampoco mi prestigio.

​Supongo que me entiendes y tú tampoco quieres ni perder tiempo, ni dinero, y tampoco prestigio.

​Y creo que es lo justo para los dos.

​Por eso, si vas al médico haces caso al médico.

​Y si vas a trabajar conmigo, me harás caso a mí.

Prefiero ser claro y sincero, aunque eso conlleve, que te lleves una imagen de mí que igual no es la real.

​Es más, creo ser una persona educada y que sabe escuchar.

​Mi intención es que te vaya bien si trabajamos juntos, respetando las parcelas de cada uno.

​Repito, creo que es lo profesional y lo justo.

​Ahora, también supongo que te interesa saber cómo funciona esto.

​En primer lugar, y por el ritmo actual, cada vez va a ser más difícil trabajar conmigo. Guste o no, es la realidad.

​Trabajo solo con uno, máximo dos clientes al mes. Dedicación total al proyecto.

​Segundo, que mis servicios son más caros, que los de la mayoría de copywriters.

Para mí lo importante, es que, quien trabaje conmigo, vea que hasta el último euros ha merecido la pena porque lo han rentabilizado con creces.

Bueno, para ver si podemos trabajar juntos, al final tienes un enlace con un formulario, que debes de rellenar para que pueda conocer tu negocio.

​Te contestaré tanto si puedo, como si no puedo trabajar contigo.

​Pero es necesario rellenarlo, en caso de no hacerlo, no contesto.

​Si llegamos a un acuerdo y trabajamos juntos, cobro el 25% por la reserva de colaborar conmigo.

​Después tendremos una reunión (y las conversaciones que se necesiten), donde vamos a detallar todo lo que se va a trabajar y después se abona el 75%.

​No empiezo a trabajar en textos y estrategia, sin cobrar tal y como he detallado.

​Y esto no es negociable.

​Trabajo así y me va bien.

​Bien, te dejo un cuestionario y te contesto cuando revise los datos.

​​Que tengas un buen día.

​Un abrazo Luis