Lo que le puede estar pasando a tu clienta

Para que entiendas una cosa te diré cómo soy cómo consumidor.

Por ejemplo, cuando voy a un sitio como pueda ser una cafetería.

Me atienen bien, vuelvo.
Me atienden mal, no vuelvo.

Parece sencillo, quizás porque soy hombre y los hombres somos sencillos cómo un lápiz, pero así es en la mayoría de las veces y con la mayoría de las personas.

¿Qué pasa cuando me atienden mal?

¿Pongo reclamaciones?

No.

¿Levanto la voz?

No.

¿Discuto con el camarero?

No.

¿Digo que quiero hablar con el encargado?

No.

¿Pongo una reseña negativa en Google?

No.

Me callo y no vuelvo.

No discuto, no muestro mi malestar.

Sencillamente no vuelvo.

Un cliente silencioso que no vuelve.

Esa es una realidad en muchos negocios y con muchos clientes.

No vuelven y no dicen nada.

Esto es algo muy peligroso en un negocio, por muchos aspectos, no sólo el económico del que ya hable en correos anteriores.

Y, de eso irá la lección de mañana.

Te hablaré de este peligro, pero sobre todo, de cómo hacer que no ocurra y esa clientela siga acudiendo a tu centro de estética y además, a ser posible, que la que te abandonó, vuelva.

Si echas cuentas, es mucho dinero que pierdes y que yo tendría en cuenta.

Haz tú los números y llegarás a la conclusión.

Y, cómo he dicho, es algo más que los números en lo que te daña.

Tú decides, cómo siempre.

Aquí para recibir la lección:

Un abrazo

Luis